Aquí os presento otro reto. Os voy a poner dos textos uno para alumnos/as de primero a tercero y otro para alumnos/as de cuarto a sexto.
En estos textos están confinados los títulos de libros de la biblioteca del colegio. Muchos de ellos los conocéis porque los habéis leído en las actividades de animación a la lectura.
En el texto de primero a tercero están escondidos 13 títulos
En el texto de cuarto a sexto están escondidos 15 títulos.
¿Cuántos sois capaces de descubrir?
Mandarme al correo de la bibliotea los títulos con vuestro nombre y curso. y yo iré poniendo los acertantes en el blog de la biblioteca.
Este es el correo de la biblioteca:
bibandresmanjon@gmail.com
Y estos son los textos:
Títulos confinados en un cuento. (1º a 3º de Primaria)
En
la selva de Sara amanecía. El sol brillaba poco.
-
¡Vaya! -exclamó Sara- parece el sol que no tenía memoria, que poca
luz da.
Había
recibido una carta y leyó el mensaje: Te espero en la montaña de
los osos.
Sara
conocía el lugar. Había jugado allí con las novias de Rufo y
Trufo, dos gatas que eran amigas suyas. ¿Quién querría verla allí?
Se
puso en camino. Mientras andaba se acordó de su último cumpleaños.
El mejor regalo había sido el muñeco de Don Bepo, un amigo de su
padre. El muñeco vestía unos pantalones de cuadros, una chaqueta
negra y un bombín rojo. Si en vez de bombín hubiera llevado un
sombrero de paja hubiera parecido Toribio y el sombrero mágico.
También
le había gustado mucho el pájaro de colores que le regalaron los
tres bandidos. No eran bandidos de verdad, pero su madre llamaba así
a tres niños vecinos suyos que eran muy revoltosos.
Montaron
una buen alboroto total por cuatro esquinitas de nada y se enfadaron
mucho porque en un juego no encontraron un punto rojo.
Cuando
llegó a la cima de la montaña de los osos se encontró con su amiga
Carlota, estaba sentada en la hierba rodeada de libros.
-
Soy Carlota en el país de las letras.
Sara
se echó a reír y se sentó con ella a leer.
Títulos
confinados en un cuento ( 4º a 6º de Primaria)
Cipi
a pesar del ala herida pudo aterrizar en la rama de un árbol.
—¡Buenos
días! —le saludó el árbol—
¿Cómo te llamas?
—Cipi
—contestó el gorrión mirando a su alrededor.
— Yo
soy el árbol de los pájaros sin vuelo.Muy apropiado. Apenas puedo
volar.
— Te
equivocas, siempre se puede ir volando por las palabras.
— ¿Volando
por las palabras?
— ¡Claro!
Por las palabras que se lleva el viento.
Cipi
agitó las alas desconcertado, y tuvo que hacer un gesto de dolor.
— ¡Cuidado!.
No destroces la obra maestra de Sofía.
Cipi
miró a su alrededor y descubrió cerca de él una tela de araña.
— Sólo
es una tela de araña.
— Por
supuesto, pero es una obra maestra.
— Eres
un árbol muy raro.
— Soy
un árbol filósofo, como el calcetín suicida.
¿Un
calcetín suicida?
— Sí,
se quedó enganchado en una de mis ramas y tuvimos largas
conversaciones. También le gustaban mucho las palabras.
— ¿Palabras?
— Amigo
mío, las palabras nos pueden llevar muy lejos, hasta la Tierra del
oro ardiente. Con ellas podemos Poemar el mar y hace un mundo nuevo,
un Poemamundi. Y las palabras de amor son... Palabras de caramelo.
Así me lo explicaron los amantes mariposa y Frederick, el ratón
poeta.
— Todo
eso es muy bonito, pero yo necesito volver a mi nido y buscar un
lugar seguro para Gorrioncita y mis hijos.
— Haz,
en una de mis ramas, un nuevo nido. Este es un lugar seguro y
tranquilo. Con buenos vecinos. Unas ramas más arriba vive el búho
que tenía miedo a la oscuridad.
— ¡Un
búho!. Los búhos son peligrosos, cazan pájaros.
— Este
no. Le gustan más los peces pequeños y los insectos.
— Si
tiene miedo a la oscuridad cazará de día.
— Cuando
era pequeño sí, ahora no, venció su miedo.
Cipi
observó con detenimiento el árbol. Era frondoso, sus ramas fuertes
y en el tronco tenía pequeños huecos muy apropiados para hacer un
nido.
— No
sé. La verdad es que necesito un lugar para construir una nueva
casa.
— Quédate
conmigo. Todo te irá bien.
— ¿Cómo
puedes saberlo? - preguntó Cipi, cada vez más extrañado por lo que
estaba oyendo.
— Lo
he visto en el espejo del futuro —contestó
el árbol con mucha seguridad.
Cipi,
movió la cabeza. Verdaderamente este árbol es rarísimo.
— Está
bien. Voy a buscar a mi familia. Volveré pronto.
Agitó
las alas, parecía que el ala herida le dolía menos. El descanso le
había venido bien.
Voló
alrededor del árbol antes de alejarse.
A
la sombra del gran árbol había una niña sentada. Estaba rodeada de
libros. Tenía uno en sus manos.
Cipi
se acercó un poco y pudo leer los títulos de algunos de los libros.
Sonrió por dentro y pensó: ¡Ahora lo entiendo¡
Después
se alejó volando para avisar a Gorrioncita a sus hijos. Ya tenían
un lugar para hacer el nido.